🔊Una mañana caliente

Por Bali Club

Estás a un episodio de lograr un gran orgasmo

Escucha nuestro podcast y eleva el nivel de sensaciones:

Una mañana caliente

Era una mañana muy fría, uno de esos días en los que solo te provocan quedarte en casa dentro de las cobijas calentando tu cuerpo.

La noche anterior Alejo y yo habíamos tenido una noche romántica, como hacía mucho tiempo no lo habíamos hecho, supongo que la rutina de nuestros trabajos y de la vida en general no nos daba esos pequeños espacios para nuestra relación.

Al levantarme lo primero que observé fue mi cuerpo semidesnudo en la cama entre las cobijas blancas y mi piel hipersensible; la luz del sol no me molestaba en lo absoluto en los ojos, por el contrario, creo que acariciaba mi piel de una manera muy delicada.

Pronto sentí unos pasos acercándose a la habitación y la puerta rechinó como si alguien la abriera, Alejo asomo su rostro sonriente por una de las hendiduras y traía en las manos una charola con el desayuno de esa mañana.

Tenía muchos años sin tener un gesto tan hermoso conmigo y era una de las cosas que más extrañaba. Me acomodé el cabello detrás de mis orejas y me senté en la cama con la cobija aún en mis piernas, él se estiró para colocar la mesita del desayuno sobre mí y darme un cálido beso.

Ambos desayunamos y luego nos quedamos acurrucados en la cama, era un momento muy dulce, habían pasado años sin experimentar este momento.

De un momento a otro empecé a sentir su mano acariciando mis nalgas y pude volver a sentir ese cosquilleo en la barriga de desear el placer de estar con él, así que tomé su otra mano y la coloqué justo dentro de mi pijama en medio de mis tetas, él de una entendió el mensaje y empezó a masajearlas y a darles pequeños apretones mientras acariciaba mi vagina por encima de mi pequeño short.

El ambiente se fue tornando muy caliente y de un momento a otro simplemente me volteé y empecé a besarlo, acariciaba su cabello de una manera tan intensa que solo deseaba tenerlo dentro de mí.

Nuestros cuerpos hacía muchos años no experimentaban tal grado de pasión, así que no espere más y simplemente me trepé encima de él para frotar mis partes íntimas contra su pene y empezar a estimularlo aún con ropa. Nos sentíamos como dos adolescentes que tendrían su primer encuentro sexual, y lo disfrutaba.

Él metió su cara dentro de mi blusa y empezó a chupar mis pezones, el placer era indescriptible y yo solo quería sentirlo dentro de mí, así él solo hizo a un lado mi ropa interior y el short de mi pijama y fue introduciendo sus dedos en mi vagina.

Iba acariciando todo mi cuello con pequeños besos mientras me hacía sentir todo el placer que hacía mucho no me provocaba.

De un momento a otro decidí que quería más así que fui por mi juguete favorito, mi amado trysta de Svakom, se lo entregué y me coloqué de perrito, él con una gran sonrisa picara en su cara, me aplicó un poco de lubricante de sensación caliente y lo fue introduciendo lentamente en mi vagina mientras con su pene y va penetrando mi ano.

La sensación era indescriptible y mi cuerpo temblaba de deleite, nunca lo habíamos hecho en doble estimulación al mismo tiempo y definitivamente si va a volver una de nuestras prácticas favoritas.

Tanto era el goce que mi cuerpo estalló de placer y pude tener el segundo squirt de mi vida.

Ambos caímos a la cama desplomados del cansancio, pero totalmente satisfechos y con solo un beso mientras nos acurrucamos nuevamente para descansar nos despedimos hasta el segundo round.


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