pedo vaginal

El pedo vaginal de mi cumpleaños

Por Valentina Vargas

La primera vez que se me salió un pedo vaginal fue en mi cumpleaños. Estaba celebrando mis 22 y tuve una noche especial con mi novio. Salimos a comer a un restaurante caro, tomamos un vino y luego rematamos en un motel.

Ese día estaba como una reina, tenia un pantalón ancho que me hacía ver más alta, pero debajo de él llevaba un baby doll para sorprender a mi novio. La noche era perfecta y yo solo esperaba llegar al motel para hacer el amor y terminar mi cumpleaños de la mejor manera.

Esperaba que él me desvistiera para verme con el baby doll y hacerme el amor toda la noche. Les juro que nunca pensé que ese día fuera a tirarme un pedo vaginal. Es más, ni siquiera sabia que las mujeres podíamos hacer eso. Y como no lo sabía, pase la peor pena de mi vida.

Cuando terminamos de tomarnos el vino, salimos al motel. Ambos estábamos ansiosos por pasar una noche inolvidable. Llegamos a la habitación y comenzamos a besarnos suavemente. Desde que comenzamos a besarnos de esa manera, sabia que el sexo sería romántico y tierno. Él me quitó la ropa y al verme con mi lencería sensual, su pene se asomó y estaba duro como una roca. Me decía que me veía hermosa, y que ese día él me haría el amor como nunca.

Inmediatamente me hizo sexo oral con el vestido puesto. Sus caricias eran suaves y largas. Me besaba las piernas, el abdomen, el ombligo, los senos y el cuello. Cuando besaba mis senos, los tocaba suavemente y eso me calentaba aún más. Al besarme el abdomen, me decía cosas lindas mientras su aliento me calentaba y me daba cosquillas. Estábamos teniendo la noche perfecta.

Luego de un buen rato besando entre mis piernas, subió y me besó tan dulcemente que yo solo decía que lo amaba y él a mi igual. Me puse de pie y lo desvestí para darle un oral que no olvidara nunca. Ese día, lleve unos halls negros porque yo también quería que fuera especial para él, así que los chupe un rato y luego lo besé.

Al principio estaba algo incómodo, pero luego lo disfrutó bastante. Cuando el juego previo terminó, me monté encima de él y aun con el baby doll puesto hicimos el amor. Me penetraba tan suave, que podía sentir su pene entrando y saliendo y mi vagina lubricando cada vez más. Nunca pensé que esa noche tuviera mi primer pedo vaginal.

Después de un rato, yo tomé el control y lo cabalgaba a una velocidad moderada para tener toda la noche para disfrutarlo. Me senté con las piernas bien abiertas y le mostraba como iba entrando en mi vagina mojada. Luego, me desnudé por completo y le di la espalda para que viera como iba entrando por mis nalgas.

La estábamos pasando tan rico que nos dejamos llevar por el momento y cuando menos pensamos, el sexo romántico había terminado y ahora estábamos comiéndonos como dos locos en celo.

Cuando me puso en 4, bajé mi cabeza y levanté mi culo para que lo metiera hasta el fondo y me lo hiciera tan rápido como pudiera. Me lo hizo de esa manera por 10 minutos, dándome hasta mas no poder. De pronto, sacó su pene y salió el tan famoso pedo vaginal. Ambos nos quedamos totalmente mudos porque no sabíamos de decir. Yo me puse roooja y él simplemente pensó que había sido un pedo real. En ese momento, nos miramos y soltamos la carcajada al mismo tiempo. Terminamos de reír y le dije:

-Amor, te lo juro que no sé qué fue eso. Pero no fue un pedo normal. Los míos no suenan así.

-Jaja, amor tranquila. Fue un pedo vaginal. Eso pasa cuando entra aire a la vagina en algunas poses. Tranquila.

Aunque él me dijera eso, yo quería que me tragara la tierra. Estaba tan apenada que cambiamos de pose, pero a mí la risa no me dejaba hacer nada.

Cuando lo hicimos en la pose de cucharita, todo marchó bien. Luego, cambiamos y lo hicimos de pie. En un momento, me dijo que bajara mi cabeza para dejar mis piernas estiradas y dejar que mi culo fuera el centro de la diversión, pero cuando lo hicimos esa pose pasó de nuevo.

Esta vez el pedo vaginal sonó más duro. Y no fue uno, sino como 3 pedos que salieron de mi vagina. Cuando pasó eso, no pude contenerme y simplemente me eché a reír.

Estábamos muertos de la risa esperando a que se me pasara la pena, pero ya la sensualidad de la noche había desparecido. Le dije a él que me disculpara porque no podía contener la risa nerviosa y concentrarme bien en hacerlo de nuevo.

Me dijo que no pasaba nada, que disfrutara de mi primer pedo vaginal y que no me disculpara con él. Que esas cosas pasan a menudo y es normal sentirse avergonzada.

Luego de eso, paramos un rato más y para no perder la ida al motel, simplemente me hizo sexo oral y logré venirme en un orgasmo pequeño pero placentero.

Nunca olvidaré ese día, ese 16 de octubre en que mi vagina se estrenó con un pedo vaginal que me dejó muerta de la pena y quede casi insatisfecha por esa vergüenza sexual.

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