Estás a un episodio de lograr un gran orgasmo
Escucha nuestro podcast y eleva el nivel de sensaciones:
Escapadas de medio tiempo (Parte 2)
Días después de nuestro encuentro en aquel lugar pensé en todo lo que aquella situación me había hecho sentir y pensar al respecto de mi sexualidad.
Definitivamente ¡Yo que había hecho estos 30 años porDios!, nunca me había masturbado para alguien, no sabía que era un vibrador y mucho menos conocía la cantidad de variedad que existían; todo esto me hizo cuestionar si realmente quería seguir llevando mi relación como antes o si era mejor darle un giro de 360°.
Sentía que había una mujer atrapada dentro de mí que se moría por salir nuevamente así que hable con Sebas sobre aquella noche y realmente él no se sintió nada cómodo, lo peor de todo es que fue su idea y a mí fue a quien le quedó gustando.
Por semanas lo busqué, durmiendo siempre intentaba tocarlo y me apartaba o simplemente se hacía el dormido, durante sus baños trataba de colarme para acompañarlo pero simplemente no quería y trataba de evitar el tema de todas las maneras posibles, y yo solo tenía la necesidad de volver a aquel lugar desesperadamente pero no quería ir sin él, a la final era mi esposo y no quería faltarle al respetopero él no cedía y mi mente solo quería una cosa: Sentir aquel placer que nunca antes había sentido y esta vez completo y no a medias.
Una tarde mientras estaba recostada en el sillón de la sala mirando mis redes sociales me encontré con un tiktok de una embajadora de Bali, la sex store donde compraba mis prendas íntimas, ¡Esa chica lucía increíble con un body, inmediatamente me decidí, si Sebastian no iba de nuevo conmigo, entonces iría sola, no le iba a rogar ni cariño, ni intención ni mucho menos ganas de cogerme, no iba a esperar más.
Solicité el body por la línea de WhatsApp y llego súper rápido así que fui alistando todo lo que luciría esa noche y sobre todo lo que iba a decirle a Sebastian para que no me preguntara nada.
Llamé a su teléfono, estaba en el trabajo:
Sebastian: ¿Hola?
– ¡Hola amor! te llamo para decirte que voy a salir un rato, me siento un poco abrumada en casa.
Sebastian: Ok… Y los niños?
– Se los deje a mi mamás así puedes descansar tranquilo, te dejo comida en la cocina.
Sebastian: ¿A qué hora llegas?
– No se, más tarde no me esperes despierto.
Sebastian: Vale, nos vemos, un beso.
– Vale, Bye un beso.
Pronto perfumé mi cuerpo, coloqué mis pendientes y mis zapatos, todo estaba perfecto, así que me monté al carro y salí de casa; estaba muy nerviosa pero decidida.
Me vi entre luces tenues y música sensual, con un trago en la mano derecha y mi cuerpo erizado completamente. Mi corazón estaba agitado y solo veía pasar chicos y chicas muy hermosos así que subí a la segunda planta del lugar y me despoje de mis prendas de vestir, solamente me quede en lencería y sentía un hormigueo por todas las piernas inigualable.
No pasaron ni dos segundos y sentí una mirada, no podías identificar de dónde venía pero al voltear mi rostro hacia la derecha había una chica, sus ojos puestos directamente en los míos; una tez bastante clara, ojos cafés y cabello largo y abundante. Nunca una chica me había llamado tanto la atención como ella, ¡quería besarla! y ella no me era indiferente al coqueteo.
Estuvimos unos 20 minutos coqueteando y ella se levantó de la silla en la que estaba y me tomó de la mano, no teníamos que decir absolutamente nada para saber que queríamos ambas. Entramos a uno de los cuartos privados del lugar y ella comenzó a darme pequeños besos en la comisura de los labios mientras apretaba mis nalgas de una manera bastante fuerte, y yo… yo estaba extasiada con eso.
Fue corriendo lentamente la parte delantera de mi body y con sus dedos acarició mis labios vaginales mientras mordía mi boca sutilmente, yo por otra parte apreté sus grandes senos y baje a lamerlos.
¡Me encantaba esta mujer! Me volvía loca esta chica.
De un momento a otro me tiró sobre la cama y quitó por completo mi lencería, fue bajando por mis pechos, pasando su lengua por todo mi abdomen, llegando a mi pelvis con besos hasta aterrizar en mi gavina lamiendola lentamente por cada parte de ella. ¡DIOS! Ni siquiera Sebastián con nuestros 10 años de casados me había hecho sentir así.
Introduciendo sus dedos fue masturbandome rápidamente mientras lamia mi clítoris,(gemidos) yo solo me revolcaba en la cama del placer tan intenso que sentía y ella con la otra mano me retenía, no quería parar y yo tampoco. Se subió a la cama conmigo completamente desnuda y abrió sus piernas acomodando su vagina justo enfrente de la mía, yo tomé su misma posición y empezamos a movernos frotando nuestros labios vaginales.
Ella colocó nuestras frentes juntas y me besó fuerte, me mordía de manera intensa y yo solo sentía que me iba a orinar.
– ¡Para! ¡Para! –Chica
– No déjalo fluir, no te preocupes por nada. (chica 2)
Ambas teníamos un squirt al mismo tiempo y yo solo me desplome en cama mientras ella seguía lamiéndome completa y masturbandome, me sentía apenada por eso, nunca me había pasado antes.
– Lo siento.
– ¿ Por qué? (chica 2)
– Creo que me orine.
Reímos
– Es un squirt y yo también tuve uno, acaso nunca habías tenido uno? (chica 2)
– La verdad no, siempre pensé que me estaba orinando.
Nos quedamos un rato más acostadas descansando y besándonos, me sentía tan bien con ella, que era un poco peligroso, pero la verdad no me importaba, decidimos decirnos nuestros nombres para buscarnos en redes sociales cuando saliéramos de allí y porqué no… seguir lo que habíamos empezado en aquella habitación.
Pronto se hicieron las 11 de la noche y ya debía regresar a casa, así que salí del lugar lo más pronto posible y mientras iba de camino la busqué en instagram y le envié un mensaje. Pero apenas llegue a la puerta de la casa lo borre, ingrese y subí a mi habitación ya sebastian estaba dormido y yo con la felicidad al maximo solo me acosté a su lado pero pensando en cuando volvería a verla.