🔊Una comida atrevida

Por Bali Club

Estás a un episodio de lograr un gran orgasmo

Escucha nuestro podcast y eleva el nivel de sensaciones:

Una comida atrevida

Estaba de aniversario con mi novio Jorge y se me ocurrió la gran idea de invitarlo a cenar a uno de mis restaurantes favoritos en Medellín.

Yo realmente estaba muy entusiasmada porque ya eran cinco años de nuestra relación, pero quería algo diferente, algo que pudiera sacarnos de nuestra rutina, y pensando ideas durante todo el día me encontré con un juguete sexual que prometía ser una de las mejores experiencias fuera de la casa y sobre todo de la cama, su nombre era Ferry de una marca muy conocida llamada Lovense.

Rápidamente, lo solicité por el WhatsApp de BaliSexStore, mi sex store favorita y en menos de dos horas llego a casa, así que apenas lo tuve en mis manos fui a avisarle a Jorge sobre lo que nos deparaba la noche; lo invité formalmente a nuestra cena y le dije cómo debía ir cambiado, pero no fue hasta que nos íbamos para el restaurante que le comente que quería que jugáramos un poco.

Le expliqué que en mi panti había ubicado el juguete y que él, desde su celular con una aplicación, podía manejarlo como quisiera, pero solo en el restaurante; a él la verdad le hizo mucha gracia y estaba ansioso de que nuestro juego empezará.

Ya en el lugar empezamos a tomar una copa de vino que nos dio la bienvenida al sitio, hablamos sobre nuestro día y solicitamos nuestra comida; después de unos más o menos 20 minutos yo me distraje y él empezó a tomar su celular y a jugar con él, realmente yo no conocía la potencia de ese pequeño amigo, pero cuando mi amor empezó a darle tokens todo se convirtió en prácticamente una batalla sexual.

De un momento a otro empezó a vibrar mi clítoris y toda mi vulva, fue una locura esa primera vibración, porque me tomó por sorpresa, pero la verdad se sentía muy delicioso.

Él al ver mi cara empezó a reírse y a jugar con las diferentes vibraciones, la sensación era indescriptible, pero yo tenía miedo de tener un squirt en medio del restaurante.

Las vibraciones con cada segundo que pasaban se hacían más y más intensas, podías sentir los micro orgasmos en mi cuerpo y aunque se me salían unos que otros gemidos trataba de contenerme porque la gente podría darse cuenta.

Dobla mis piernas, metí mis manos entre ellas, me sentaba un lado, me sentaba del otro, pero sencillamente no podía, esto era más fuerte que yo, así que rápidamente le dije que nos fuéramos a casa porque no aguantaba más, y él con todo el placer y gusto del mundo solicitó la cuenta y paramos un Taxi.

Ambos decidimos entrar en la parte trasera del carro y él comenzó a jugar nuevamente mientras me daba besos en el cuello para anticipar todo lo que haríamos en casa.

Entre mayor intensidad, mayor cantidad de besos y roces me daba, la verdad es que nunca había tenido un orgasmo con este tipo de dinámicas: ¡ME ENCANTABA!

Tan pronto llegamos a casa, bajé de inmediato del carro y me agaché justo enfrente de la puerta mientras él pagaba. Ya no podía más y le dije que necesitaba que me masturbara allí mismo.

Prácticamente, se lo imploré y él no dudó ni un segundo en llevarme justo detrás de los árboles que estaban enfrente de nuestro hogar y meter sus manos en mi parte después de haber subido mi vestido.

Empezó a masturbarme y se dio cuenta de que estaba empapada. El juguete había cumplido su misión y ahora él en casa terminaría nuestra partida de juego.


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