Sexo con parejas swings

Sexo con parejas swings 🔊

Por Valentina Vargas

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Era viernes y eran las 11 de la noche cuando me entró la curiosidad de conocer ese lugar del que había estado investigando en internet: un club de parejas swings. Ese día estaba sola en mi apartamento porque mi esposo estaba en un viaje empresarial. Le mande un mensaje diciéndole que quería conocer ese sitio del que habíamos hablado pero que no se preocupara porque solo iba a ver. Leí en la página web y me di cuenta de que podía entrar en ropa interior, por lo que me puse uno de mis conjuntos favoritos, uno negro de encaje con un top que realzaba mis senos y me los hacían ver más grandes.

De camino pensaba muchas cosas, estaba nerviosa por no saber cómo actuar, si me iba a desagradar ver a parejas teniendo sexo, si me excitaría y me atrevería a participar, si me encontraría a alguien conocido o simplemente me iba a aburrir y terminaría decepcionada de esos lugares donde muchas parejas swings se sumergen a explorar sus más profundas fantasías.

Bienvenida al Club XXX para Parejas Swings

Llegue muy nerviosa buscando un letrero o algo que me dijera que ahí era, pero no tenia nada. Era solo una casa con un pequeño timbre que tenía el nombre del lugar: Club XXX para Parejas Swings; timbré y me abrió un hombre grande. Me dijo que una vez adentro, debía pagar la entrada y que no podía ni siquiera entrar y echar un vistazo antes de decidir quedarme.

Me cambié dejando mis cosas en un casillero y salí para sentarme en la barra. En ese momento había un espectáculo de camisetas mojadas entre parejas swings en la piscina. Todos estaban con la boca abierta disfrutando de dos mujeres que no paraban de besarse. Debo admitir que ver eso me mojó y pensé que nunca había estado con una mujer y me gustaría probarlo de esa manera: diferente, divertido y con muchas parejas swings viéndome en plena acción. Cuando el show swings estaba por terminar, los espectadores debían elegir a una ganadora, claro, ganó la que tenía unas tetas grandes deliciosas que rebotaban y porque además cuando estaba por acabar la faena con su rival, tuvo un orgasmo con squirt incluido llenando la piscina de ese fluido que todas queremos experimentar algún día.

Al terminar, la ganadora y otras parejas swings se quedaron en la piscina y su rival se acercó a la barra y pidió un coctel. Me miró y me preguntó si me había gustado el show, respondí que sí. Luego me preguntó si había ido sola y me invitó a su mesa a tomarnos algo. Después de una charla me dijo que ella y su acompañante les gustaban todo el tema de parejas swings. Me habló de un par de historias fantasiosas que tenían ambos hace tiempo.

Mi primer beso lésbico

Después de charlar un rato y de que los tragos hicieran su efecto, comencé a ponerme mas cómoda y a pensar en besar a esa mujer de labios delgados, cabello crespo y senos pequeños, así que simplemente lo hice. La tomé del cuello y le di un beso que me hizo calentarme más. Mi vagina estaba mojada y caliente, mis pezones duros y parados y mi boca salivando por mas besos. Su pareja, al igual que otras parejas swings, estaban riéndose, pero luego entró a la deliciosa escena y comenzó a acariciarnos y a masturbarse.

Pude ver de reojo que su pene era de tamaño normal pero muy venoso y grueso, así que se lo toqué y sentí que estaba muy mojado. La mujer comenzó a chuparle el pene, tragándoselo hasta tener arcadas, mientras él besaba mis senos y yo me tocaba y gemía de placer. Las demás parejas swings no paraban de mirarnos y yo tenía claro que quería más, pero no con el man, sino con aquella mujer, así que le dije a ella que me besara entre mis piernas para cumplir una de mis fantasías, sin pensarlo, comenzó a meter su lengua en mi vagina, a acariciarme con los dedos y besarme de forma suave y lenta.

Después de aproximadamente 4 minutos, logre venirme en su boca. El hombre se vino poco después de mí, me imagino que ver a su pareja con otra de su mismo sexo lo tenía extasiado de placer. Cuando terminamos, se me había quitado toda pena y le dije a ella que había disfrutado mucho de esa boca deliciosa y que esperaba repetirlo. Las parejas swings del lugar seguían tocándose mientras nos miraban. Charlamos un rato más, intercambiamos números de teléfono en el vestidor, me cambié y pedí un taxi hacia mi apartamento.

¿Repetimos?

Al otro día, no paraba de pensar en esa experiencia, en mi primera vez en un club para parejas swings, en que llegué al orgasmo con una mujer y me había gustado demasiado. Tomé mi teléfono, le escribí y le dije que tenía ganas de verla de nuevo en el mismo sitio. Acordamos fecha y hora, pero esta vez le dije que fuera sola, que la quería solo para mí, que necesitaba que toda su atención estuviera puesta en mí porque quería que nos miraran como cualquier otra de las parejas swings pero esta vez con un perfecto dúo lésbico, no me considero lesbiana, pero en serio esta mujer sí que sabe cómo complacer.

Y así fue, nos vimos la segunda vez solas, ansiosas por besarnos y tener sexo desenfrenado a la vista de desconocidos. No hace falta decir luego de algunas veces solas, queríamos experimentar con otras parejas swings, así que tuvimos varios encuentros muy locos y exitosos.

Espero que después que acabe la cuarentena, pueda volver a verla para hacer muchas cosas que me sueño de día y de noche y contarle que de vez en cuando, me masturbo pensando en esa primera vez que una mujer me hizo venir de una manera indescriptible en aquel lugar en el que las parejas swings cumplen todas sus fantasías, y por supuesto yo también cumplí una de las mías.

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