Vivo en un edificio de una sola torre, la cual tiene dos ascensores, pero ninguno de ellos cuenta con cámaras para la seguridad. Por ello, tener sexo en el ascensor era prácticamente fácil en la noche.
Una noche salí con una mujer que conocí en un bar. Fuimos al grano y nos comimos en mi apartamento. Al salir para llevarla a su casa tuve la idea de tener sexo en el ascensor. Ya era tarde y esperaba que los vecinos estuvieran dormidos para que nadie pidiera el ascensor y nos pillara en pleno acto.
Le dije que me la iba a comer una vez más y tendríamos sexo en el ascensor. Como estaba borracha no opuso resistencia, así que lo pedí y fuimos hasta el último piso.
Levante su falda y saque mi pene para penetrarla mientras me daba la espalda. Se lo hice en esa pose hasta que alguien pidió el ascensor y bajamos hasta el primer piso. Nos quedamos ahí mientras que el inoportuno vecino se bajó en el tercer piso y volvimos a subir hasta el último. Pero esta vez, la puse de frente y se lo metí mientras subía una de sus piernas y se lo metía más cómodamente.
Sexo en el ascensor, quien lo pensaría. La fantasía de muchos, la estaba cumpliendo y sin planearla mucho.
Ojalá pudiera decir que fue perfecto, pero varias veces nos interrumpieron, y nos tocaba parar para que no sospecharan nada y luego cambiábamos de pose.
Cuando llevábamos aproximadamente 20 minutos de puro sexo en el ascensor, le dije a la vieja que no me importaba que nos vieran, que quería cargarla en mis brazos y venirnos juntos antes que alguien pidiera el ascensor.
Así que primero me dio sexo oral para hacer tiempo y que se hiciera más tarde. De esa forma, el ascensor estaría disponible solo para nosotros. Me dijo que le chupara la vagina y le metiera los dedos mientras le besaba los senos y la ponía más caliente.
Al notar que sus pezones estaban muy parados y sus gemidos se intensificaban más, la cargué y la penetré tan fuerte que su espalda chocó contra los botones del ascensor y paramos como en 5 pisos. Pero no queríamos dejar de tener sexo, así que tomamos el riesgo y continuamos, sin que nos importara que las puertas se abrieran y alguien nos viera.
La verdad fue muy caliente saber que podrían vernos mientras yo le clavaba mi verga a esa mujer que tenía sus senos al aire, completamente al descubierto.
Cuando llegamos a la mitad del edificio, le dije que nos viniéramos llegando al ultimo piso. Que ese sería el reto para tener sexo en el ascensor.
Puso sus ojos en blanco y mientras le metía mi chimbo en su vagina mojada, me gritaba que me viniera pronto porque estaba arrecha por mi leche. La tomé duro de las piernas y cuando me apretó el pene con su vagina, lo dejé salir. Nos vinimos juntos cuando llegamos al último piso.
Le dije que tener sexo en el ascensor era una idea que tenia en la cabeza desde hace mucho tiempo y que comérmela ahí fue delicioso. Que, si quería, nos podíamos seguir viendo para tener sexo en lugares públicos y hacerla venir de muchas maneras.
Se vistió, se arregló la blusa y la acompañé a tomar un taxi a su casa.
La calentura de ese día teniendo sexo en el ascensor fue una de las mas excitantes que he tenido. La adrenalina de pensar que alguien nos vería fue increíble. Definitivamente volvería a tener sexo con todas las poses en el ascensor de mi edificio.