🔊Un rapidito de fin de año

Por Bali Club

¿Deseas aumentar la intensidad?

Escucha nuestro podcast y eleva el nivel de sensaciones:

Se acerca un nuevo año y con él un sinfín de posibilidades, experiencias y mucho mucho placer.

Mi ritual siempre ha sido dejar atrás lo malo y seguir dándole alas a lo bueno, y más en mi vida sexual, porque es bien sabido que el que es caballero repite y yo tengo un par de amantes que siempre están en mi lista de preferidos.

Así que las últimas semanas del viejo año procuro encontrarlos y recordar nuestras más alocadas fantasías.

Esta vez el turno fue de él, no diré su nombre porque preferimos dejarlo todo en la intimidad de nuestras casas, o a veces fuera de ellas, como en esta ocasión.

Pensé mucho en usar lencería excitante, tacones altos y el típico labial rojo, pero lo sentí muy cliché, así que decidí no ponerme nada, sí, nada de nada y sólo sacar el arsenal de juguetes que tengo para tener una noche llena de lujuria y diversión.

Nuevos integrantes

Hace poco me arriesgué a comprar uno de esos columpios sexuales que he visto en un par de shows eróticos a los que he ido, me moría por ensayarlo y descubrir qué tan cómodo y placentero sería, cuáles locas posiciones haría y quién sería el elegido para estrenarlo.

Era la noche perfecta para hacerlo, así que lo cité y le pedí que fuera lo más mente abierta posible, igual sé que le encanta que le salga con situaciones nuevas, ama experimentar junto a mí.

Entre los objetos que quería usar esa noche, sí o sí, estaba un estimulador de próstata que deseaba que probara, sabía que buscaba explorar otras sensaciones, me excita demasiado verlo alcanzar el clímax de una forma poco habitual.

Yo por mi lado, elegí un plug anal de cola para darle un toque coqueto a mi desnudes, ¿ya les conté que disfruto mucho el sexo anal? Creo que es el tope de la excitación, es como… como una mezcla entre dolor y placer, y eso me calienta mucho más.

Candente encuentro

Mi amigo llegó y lo primero que vio al abrirle fue mi cuerpo brillante y despojado de cualquier accesorio que quitara su atención de mis redondos y contorneados senos y mi firme y grande culo.

Su saludo fue una deliciosa palmada en mis nalgas, su sorpresa al ver que de ellas salía un peludo accesorio lo hizo morirse de la risa y curiosidad.

Las palabras entre ambos no son necesarias, así que de inmediato me cargó en sus brazos y me plantó un delicioso beso con lengua.

Fuimos hasta la cocina a destapar una botella de vino, pero él no aguantó tener mi piel tan cerca así que metió dos de sus dedos en mi vagina mientras que con su otra mano apretaba mi cuello, me escupió la cara y me dijo:

-¿Así es como te gusta, cierto? Te voy a coger tan fuerte hoy que no necesitarás verme el próximo año.

Luego de eso me empujó hacia la barra del comedor de espaldas, sacó su duro pene y me comenzó a penetrar. Mis gritos no se hicieron esperar, pero lo detuve para llevarlo a la sorpresa que le tenía guardada.

– ¡Oh, no te lo puedo creer! Siempre quise usar uno de estos, dijo al ver mi columpio colgado en el extremo de mi habitación.

-Y es todo para ti, le respondí.

Nuevas posiciones

El inicio fue algo torpe para ambos, era nuestra primera vez, pero luego de un par de intentos le dimos a las posiciones perfectas.

La primera era conmigo boca abajo y suspendida, el quedaba parado mientras su pene entraba y salía de mi culo en medio de un balanceo divertido.

En la segunda, me ubiqué boca arriba y él se arrodillo para lamerme con gusto toda la vulva, mientras su lengua pasada por toda la zona, sus dedos tocaban mi punto G, ahí logré venirme la primera vez.

Continuábamos muy calientes y creí que era el momento perfecto para sacar el juguetico que tenía de regalo para su zona erógena.

No! No me voy a meter eso en el culo, replicó inmediatamente le enseñé el estimulador de Punto G.

-Vas a ver cómo te va a encantar, le aseguré.

Saqué de mi mesa de noche un lubricante bien potente que me ayudara a hacer su inserción más delicada y placentera, pero no podía sólo metérselo, así que con la yema de mis dedos comencé a tocar su ano de forma lenta mientras usaba mi otra mano para masturbarlo.

Estimulación de Próstata

Lo besaba y lo masturbaba, mientras mi dedo iba aumentando el nivel. Él estaba bastante duro cuando decidí usar mi lengua para que en realidad me pidiera que se lo metiera.

Soy team beso negro, es una parte que pocos hombres te dejan explorar, pero una vez lo hacen no quieren parar.

Una vez él ya estaba cómodo, le inserté el juguete, que en realidad es de un tamaño prudente para iniciar.

Es interactivo, así que con una app comencé a manejarle los niveles. Primero lento, vibraciones coquetas y sutiles para su primera vez.

Como lo esperé, estaba más que caliente, yo continuaba realizando estimulación externa, así que lo besaba, le besaba el cuello, su pecho, sus bolas y su pene para que no sólo sintiera la vibración anal.

Gemía, gemía delicioso y yo estaba en el cielo. Poco a poco el nivel fue aumentando, me decía que deseaba sentir más, que nunca imaginó lo que podría llegar a sentir, que era una de los mejores placeres que había experimentado.

-Agh, que rico, sí si si, sigue haciéndolo.

Bastó solo que pusiera la máxima vibración y que continuara la masturbación para que todo el semen que tenía acumulado saliera de ese erecto, firme y venoso pena y llegara directo a mi rostro.

Así me gusta cerrar el año, íbamos por un rapidín y terminó siendo una fabulosa noche de principios placenteros.

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