🔊Sexo a la distancia

Por Bali Club

Estás a un episodio de lograr un gran orgasmo

Escucha nuestro podcast y eleva el nivel de sensaciones:

Orgasmo con juguete sexual a la distancia

Estaba teniendo días difíciles en el trabajo, me habían ascendido, ahora era la líder de un equipo y tenía muchas responsabilidades, lo único que me entretenía era llegar en la noche, darme una ducha, tomarme una copa de vino mientras coqueteaba en Tinder, era casi una adicción sextear con extraños y me emocionaba mucho planear citas para conocerlos, había conocido a 6 el último mes de los cuales 3 me fascinaron y hubo química en las citas y repetimos, eran interesantes y muy buenos amantes… charlaba con ellos a diario, intercambiaba fotos de todo lo que hacíamos: cuando salía de la ducha, antes de dormir. Manuel en particular estaba obsesionado con mis tetas… y había que mantenerlos contentos. No podría decir cuál de los tres me gustaba más, solo sabía que no me podía encarretar con ninguno, eran pasajeros. El fin de semana fue bastante movido, tuve sexo cada día con uno diferente, viernes de copas y sexo en el baño de un bar, sábado de ir a tardear y sexo en el carro camino a casa y domingo de un rapidín en las escaleras de mi casa ¿Qué más podía pedir?

El lunes debía trabajar hasta tarde porque tenía una reunión a las 9:30 pm, era una reunión con unos inversionistas que estaban al otro lado del mundo y era la hora que todos nos podíamos reunir, estaba en mi oficina organizando todo para la reunión y tocan a la puerta para entregarme algo que me había llegado: una cajita de regalo que solo decía mi nombre, la abrí pensando que eran chocolates o algo parecido y ¡oh sorpresa! Era un vibrador, un lindo juguetico ¿quién me envía un vibrador a la oficina? y ¿a esta hora? Lo saqué de la caja, era pequeño, rojito y se sentía super suavecito, tenía forma como de ballena con colita y todo, traía una nota con instrucciones muy precisas: ¡úsame AHORA! ¿Qué? ¿o sea aquí en la oficina? tenía reunión con un cliente muy importante… pero era una reunión virtual y nunca había probado un vibrador de esos y ponérmelo en el trabajo de repente me pareció una idea muy excitante. Debía descargar una app, prender el juguete y conectarlos. ¿O sea el juguete era manejado a distancia? ¿Quién lo iba a manejar? Esto se ponía interesante.

El problema fue que no tenía remitente, era obvio que era de alguno de mis 3 hombres ¿pero de cuál? ¿cómo les preguntaba para no quedar mal? ¿sería Manuel? ¿Juan Esteban? ¿Santi? Los tres sabían dónde trabajaba porque me habían recogido y me habían llevado hasta allá y los tres sabían que hoy me quedaba hasta tarde… con ninguno recordaba haber hablado de juguetes o cosas así, no me quedó más que esperar a que alguno diera señales de vida, pero nada, ninguno escribió… descargué la app y entré al baño a ponérmelo, ese día iba de falda (y a los tres les había mandado foto) o sea que los tres sabían que podía ponérmelo fácilmente… mmm, me deshice de mi tanga roja de encaje para estar más cómoda, lavé mis manos, destapé un sobrecito de lubricante que venía con el juguete lo empapé y abrí mis piernas… lo deslicé por toda mi vagina antes de metérmelo, se sentía muy rico al tacto, me masturbé un rato con él, para estimular mi vagina y luego metérmelo… ¡Ah! Estaba frío, pero se sintió muy rico. De mi vagina salía “la colita de la ballena”, supuse que debía quedar así y que para quitármelo debía halar y listo. Salí del baño y me ubiqué en la salita que teníamos para las videoconferencias, ya a esa hora en la oficina no había casi nadie, pero como compartíamos el espacio con más personas y estaba abierto las 24 horas, ocasionalmente alguien podría estar como yo en ese momento. Se llegaron las 9:30 pm, la reunión no empezaba, ninguno me escribía y yo empecé a tocarme lentamente para pasar el tiempo, porque esperar me ponía ansiosa.

Estaba feliz, disfrutando de mis dedos y ese vibrador se prendió y se activó, la colita que quedaba por fuera se encendió y quedó toda iluminada, vibró fuertísimo adentro una sola vez, me asusté porque era la primera vez que sentía algo así y como yo no lo estaba controlando sentía miedo, estaba ansiosa, pero me gustaba. En ese justo momento sonó en mi computador la videollamada para la reunión, respiré y contesté, éramos 5 personas en la videoconferencia, saludamos y otra vez se activó el juguete, daba vibraciones leves como cada 5 segundos, yo solo miraba mi cara en la cámara que no se fueran a dar cuenta, era la primera en intervenir, hice la presentación mientras sentía que me estaban taladrando la vagina de una manera deliciosa y mientras me temblaban las piernas, necesitaba que parara, ¿Pero a quién le escribía? Las vibraciones de cada 5 segundos se convirtieron en una constante, apretaba mis nalgas y cogí la silla fuertemente a cada lado con mis manos, en la cámara solo sonreía y por dentro estaba que explotaba. ¿Quién me está haciendo esto? ¿en qué momento decidí ponérmelo? ¿Cómo le digo que pare?

Terminé como pude mi intervención y enseguida apagué la cámara y silencié el micrófono, ya no podía más, necesitaba sacarlo… aaaa (gemido) voltee a mirar mi entrepierna y estaba muy mojada, me acomodé en la silla y monté las piernas sobre el escritorio una a cada lado, la colita que quedaba por fuera también vibraba y por su forma curva rosaba con mi clítoris, era una sensación como cuando te dan sexo oral y te están metiendo los dedos, en ese momento pasó por mi mente cómo eran mis encuentros sexuales con ellos, tan apasionados e intensos, me estaba comiendo lo que yo quería a la hora que quería, sin preguntas, sin compromisos, la vibración volvió a cambiar y se puso más intensa, mi celular empezó a vibrar también, era un msj desde la app que había descargado, la abrí y pude ver en tiempo real como la manejaba.

Por favor para, le escribí.

  • ¿No te gusta? Respondió.

Si, pero estoy en una reunión, así no puedo seguir.

  • Mucho mejor así, me dijo

Mientras tanto seguía en la reunión, ponía atención mientras podía, igual estaba quedando grabada pensé y mi intervención ya había acabado, así que, ¿qué podía salir mal?

  • ¿Te quitaste toda la ropa?

No, solo mis tangas, no puedo alguien podría entrar.

  • Quítatela toda, me dijo
  • ¡YA!

No podía estar sin ropa, así que me desabroché la blusa y saqué mis senos del bralette y empecé a acariciarlos.

  • Envíame una foto
  • Quiero que te vengas para mí, siguió escribiendo

Le envié la foto con algo de miedo sin saber quién era, y respondió:

  • Deliciosa, aquí una ayudita más.

De repente sentí que el vibrador se puso más intenso y sin pausa, presionaba más desde adentro y sentía muchas ganas de venirme, decidí ayudarme con mis dedos acariciando mi clítoris.

  • ¿Quieres que siga?

Si, no pares.

  • Suplícame

Por favor, no pares

En ese momento, me llaman en la reunión, no sé en qué momento escuché mi nombre y me asusté, Dios mío qué vergüenza, habilité el micrófono y con voz entrecortada dije: ¿Si?

¿Qué si estás de acuerdo con los términos? Dijo alguien, no podía ni ver quién era y yo en mi cabeza, ¿Cuáles términos? Por supuesto, contesté.

Dieron por finalizada la reunión, y yo estaba a punto de tener un gran orgasmo oficinero, ese vibrador adentro iba a mil igual que yo, puse la colita vibradora en mi clítoris y en cuestión de segundos… aaaa me vine.

  • ¿Lo lograste?

Si, qué rico, estuvo delicioso.

Te espero afuera para quitártelo yo mismo con los dientes,

Me empecé a vestir y me dispuse a salir a ver quién era el que me había mandado uno de los mejores regalos que me han hecho en la vida y cuando salí de la sala de reuniones estaba una mujer sentada en frente mío ¿me vio? Cruzamos miradas y yo solo pude bajar la cabeza y salir de ahí.  

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