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Éxtasis en el teléfono
Hace días me había encontrado con el chico de mis sueños después de meses sin hablarnos. No podía quitarme de la cabeza a Juan, su mirada, su sonrisa, y esos ojos que me llevaban a los rincones más íntimos y oscuros de mi ser.
Recordar su mirada hacía que mi cuerpo se estremeciera y ardiera en deseo. Intentaba controlarme, pero era inútil, me sentía ansiosa así que empecé a acariciarme, recordando su rostro, sus labios, sus manos abrazándome con ternura.
Mi cuerpo estaba excitado, tan sensible que el más leve roce me hacía estremecer. Movía mis manos con intensidad, imaginando sus caricias, sus besos, y cómo me tocaba, salvaje y apasionadamente.
La verdad, ya no podía más así que decidí llamarlo, y él como si supiera que lo haría me contestó al instante.
Mientras hablábamos por teléfono iba explorándome con suavidad, deseando intensamente que el momento no terminara. Visualizaba su aliento en mi piel, sus besos, el deseo de sentirlo dentro de mí, una unión total.
Cada toque y beso que imaginaba me absorbía. Me sumergí en una fantasía que había creado desde hacía mucho tiempo. Mis dedos se adentraron mientras acariciaba mis senos desnudos bajo las sábanas.
No sé cuándo pasó, pero ya no podía parar.
Cada caricia era suya y mía, cada estremecimiento me hacía sentir vulnerable y anhelante.
Nunca había alcanzado ese nivel de éxtasis. Mis gemidos escaparon sin control.
Todo mientras él escuchaba cada segundo de mi placer desde el otro lado del cel, mis labios están húmedos, mi cuerpo ardiendo de placer.
Ufff, mi cuerpo temblaba sin parar. Sentir que la persona que más me encantaba estaba escuchando mi satisfacción y que también lo disfrutaba como yo, era lo mejor que me podía pasar.
Pero como no todo es perfecto… Han pasado días y sigo pensando en ese momento, pero él volvió a su ausencia en mi vida. Cada fibra de mi ser tiembla al recordarlo, y sin pensarlo, pero no sé si vuelva a pasar.
